dimarts, 2 de juny del 2009

Campaña informativa sobre las consecuencias de la Ley de Libre Elección y Área Única

Consecuencias de la Ley de Libre Elección y Área Única para los usuarios de la sanidad pública






Área Única: Repercusiones laborales
Consecuencias de la Ley de Libre Elección y Área Única para los trabajadores de la sanidad pública
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El truco de la Libre Elección
Consecuencias para los usuarios de la Ley de Libre Elección y Área Única
Primero nos prometió “la sanidad del futuro” y entregó los 8 nuevos hospitales a empresas privadas. Ahora Esperanza Aguirre prepara un nuevo engaño, envuelto en papel de regalo, llamado “Libre Elección”, que de hecho ya existe desde 1993.

Nos anuncia que Madrid pasará de las 11 áreas sanitarias actuales a un “Área única” en la que podremos elegir a la carta hospital, médico y enfermera. ¿Qué sentido tiene que los vecinos de Parla puedan elegir La Paz, o los de Colmenar Viejo el 12 de Octubre? ¿Con qué criterio se va a diferenciar la calidad de los diferentes profesionales y centros? Dicen que nos darán información para que podamos elegir lo mejor, pero en realidad lo que recibiremos será propaganda maquillada. No pueden compararse, por ejemplo, las tasas de mortalidad de un gran hospital (donde se tratan los procesos más complicados) con las de otro donde se realizan intervenciones sencillas. Los grandes hospitales tienen tasas más elevadas y no por eso son peores. Igual que el PP nos engaña con las listas de espera, mentirá con el resto de la información. La libre elección indiscriminada no es real ni posible, es sólo un espejismo. Los más de 6 millones de habitantes de Madrid no podemos elegir ni los mejores centros ni los mejores especialistas, no sólo porque desconocemos quiénes son, sino porque sería materialmente imposible que nos atendieran a todos.
Lo que buscan con el Área Única y la Libre Elección es la creación de un mercado sanitario, en el que, mediante publicidad engañosa, los centros públicos y privados compitan entre sí para captar a los pacientes y procesos más rentables (población joven y sana que utiliza poco la sanidad, cirugía poco compleja...). Los pacientes no rentables (ancianos, discapacitados, crónicos, enfermedades costosas...) acabarán arrinconados en centros públicos de 2ª categoría, al estilo de los centros de beneficencia. El negocio de los de siempre se incrementará ahora a costa de nuestra salud.
Para los profesionales ofrecen “incentivos” salariales: aquellos médicos que más ahorren (en farmacia, pruebas diagnósticas, derivaciones al hospital...) o más pacientes tengan asignados, cobrarán más. La calidad de la atención se verá seriamente deteriorada y aumentarán los riesgos para los pacientes.
Lo que necesitamos es menos “sanidad del futuro”, menos experimentos privatizadores, menos demagogia y más medios, más centros y trabajadores para la sanidad pública...
Para apreciar las consecuencias de la privatización y la entrada del negocio en la sanidad basta ver lo que está ocurriendo en otros países:
..porque LA SALUD NO ES UN NEGOCIO¡DEROGACIÓN DE LA LEY 15/97!
Área Única: Repercusiones laborales
Consecuencias para los trabajadores de la Ley de Libre Elección y Área Única
A pesar de la campaña publicitaria lanzada por la Consejería de Sanidad, los decretos de “área única/libre elección” son una trampa para acabar con los derechos laborales:

Movilidad forzosa
Aunque la Consejería lo niegue ahora, la creación de un área única y la ruptura de unas supuestas “trabas burocráticas” sólo persigue aplicar la movilidad indiscriminada y sin justificación de los profesionales de cualquier categoría por toda la comunidad. La Ley General de Sanidad* permite en la actualidad la movilidad forzosa dentro del área de nombramiento. Si las 11 áreas desaparecen dando paso a una, la movilidad pasará a ser en toda la Comunidad.

*Art. 87 “El personal podrá ser cambiado de puesto por necesidades imperativas de la organización sanitaria, con respeto de todas las condiciones laborales y económicas dentro del área de salud”.

Reducción de las plantillas
Esperanza Aguirre entiende que empleados públicos y funcionarios son sinónimo de “vagos y hambre”. Su política es reducir las plazas públicas; sólo así se puede entender que, pese a los anuncios de nuevas OPEs, aún existan plazas convocadas en 2005 sin desarrollar, o que según los propios datos de la Seguridad Social, el número de trabajadores de la sanidad madrileña se ha reducido en el último año en cerca de 2.000 a pesar de la apertura de los nuevos hospitales de gestión privada. Es decir, al contrario de lo que afirma Güemes, no se han creado más plazas con la apertura de los nuevos hospitales y, en cambio la población ha aumentado (un 3,1 % en 2008, según el INE).

Sobrecarga laboral, polivalencia y traspaso de funciones
Que afectará fundamentalmente al personal no sanitario, además del trasvase de tareas actualmente realizadas por personal facultativo hacia el personal de enfermería, matronas… Se persigue reducir el gasto en los profesionales más caros y la asignación a primaria de técnicas actualmente realizadas en especializada (ecografías...).

Estructura aún más vertical de los EAPs
Cada vez son más los coordinadores interinos o eventuales, es decir, sujetos obedientes en manos de las decisiones discrecionales de los gerentes. La creación de la figura del director de EAP, con reducción o supresión de pacientes y más poder aún (no hay más que ver en algunos EAPs las relaciones entre parentesco y contratación), busca imponer un aumento de la “productividad” y “exprimirnos”.

Establecimiento de conceptos salariales variables en el salario mensual
Para presionar sobre todo a los que tienen capacidad para influir en el gasto (facultativos), y crear una plantilla sumisa y sin criterio propio que obedezca las decisiones empresariales por encima de las necesidades sanitarias.

Dependencia de los EAPs del hospital de su zona
Acabando con el actual modelo, que pese a sus limitaciones, en parte derivadas del proceso de asfixia económica que se ha ejercido sobre primaria desde hace años, ha demostrado altos grados de satisfacción entre los pacientes y solucionado la mayor parte de los problemas de salud. Si primaria pierde su papel propio y pasa a depender del hospital de turno, cada EAP será un simple instrumento para reducir las derivaciones a especializada y por tanto el gasto sanitario.
En Gran Bretaña la reforma de la primaria y la aplicación de la gestión privada deterioró las condiciones laborales, hasta el punto de que los médicos se vieron obligados a hacer horas extras “sólo para tener alguna oportunidad de seguir ganando el mismo sueldo que ganaban antes”. Se introdujeron incentivos económicos ligados a la productividad y se redujo la autonomía clínica. La provisión de servicios paso de basarse en la estimación del riesgo financiero (pacientes que necesitan mayor atención = mayor riesgo) en lugar de en las necesidades de la población.
¡Fuera las empresas de la sanidad!
¡DEROGACIÓN DE LA LEY 15/97!

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